viernes, 7 de septiembre de 2018



Del Mediterráneo al Atlántico.

 El mar en las sociedades medievales.


Introducción:


El mar es de importancia notable para cualquier historiador. Veremos cómo nos vamos a encontrar una oscilación del mediterráneo oriental y occidental hacia el atlántico norte que después desembocará hacia el atlántico medio.
El modo de vida urbana y el comercio son conceptos inseparables, con la crisis del XIV, repercutirá en el mundo urbano y en el comercio con lo cual modificará las prácticas mercantiles, pero a la vez aportará novedades decisivas, como los cambios de itinerarios y las mercancías.
Debido a esto nos encontramos:
• Expansión de los mercados.
• Búsqueda de materias primas en espacios inexplorados.
• Mejora de técnicas del transporte.
• La producción irá acorde con las normas de consumo.
• Nuevos métodos de administración y gestión de las mercancías.
Hay que atender el mar bajo la perspectiva de la función social, las conexiones con los grandes ríos, las ciudades que se sitúan al lado de un río o de una conexión al mar.
El mediterráneo, de forma geológica podemos observar que es un mar cerrado con una abertura en el estrecho de Gibraltareño. Tenemos un mar que es el punto de encuentro de tres continentes: África, Europa y Asia. El mediterráneo es el mar de la cuna civilización: Grecia, Roma, etc... No se puede decir que fuera totalmente cerrado, la montaña no era un elemento que cerrará, sino que nos vamos a encontrar ríos, desembocadura, valles, cauces. Tiene un alto bagaje cultural es el “Mare Nostrum”. El mar del comercio, de encuentros, de desencuentros, de guerras. El atlántico, nos vamos a encontrar con un espacio poco conocido, de otra forma no muy navegable, Con visiones de monstruos marinos e islas terribles.

La historia del mediterráneo conlleva el conocimiento de las corrientes marinas, los vientos y las inclemencias, a pesar de todo en el periodo medieval nos vamos a encontrar una navegación constante. Nos encontramos también ciudades desde donde parten ideas, cristianismo, personas que se mueven de un sitio a otro. Muchos que se establecen de manera definitiva en las ciudades, otros que de formas segregadas se establecen en tierras no afines a sus religiones, manteniendo la suya propia.

Pensar en Mediterráneo, es pensar en una zona dada a la diversidad en donde triunfa lo diferente o por el contrario lo podemos ver como un punto común en donde todos se reflejan y con numerosos nexos. Dependiendo de cómo lo queramos mirar, si lo vemos desde la perspectiva del siglo XIII en Francia podemos ver actos de repulsas con las cruzadas de los cátaros o, por el contrario, si lo vemos desde el punto de vista comercial, lo vemos como nexos comunes que se entrelazan los unos con los otros.

Desde occidente vemos el Mediterráneo como un elemento cultural, donde se puede ver desde el siglo XI, Universidades, en el siglo XII, vemos catedrales, como elementos urbanos, por ejemplo, las románicas, muestran el conocimiento de arquitectura, de gran impacto para la ciudad y su orgullo. No podemos olvidar las rutas terrestres para el comercio local y regional basados en infinitas transacciones, modestas pero importantes por su número y continuidad.

A partir del siglo XX, Braudel y F. Melis, van a considerar como positivo el crecimiento de la hegemonía urbana y sus formas sociales desplegadas en las ciudades frente la historiografía clásica que ve a la ciudad como un parásito. En este debate abierto de la ciudad, en la baja edad media, vamos a tener un incremento de producción, innovación en los métodos mercantiles y el impulso del movimiento comercial. Hoy podemos decir el papel fundamental que jugó la ciudad en la transformación de la sociedad como motor de desarrollo, tanto comercial y productivo y también de las tensiones sociales que se iría trasladando a la vez a las zonas rurales.

Desarrollo del comercio: 

Como dije la vida urbana y el comercio son conceptos que van de la mano. La crisis del XIV, repercutirá en la ciudad y por tanto en el desarrollo del comercio, dándose transformaciones en lo mercantil. Lo primero que se verá es el cambio de hegemonía del mediterráneo al atlántico. De este cambio veremos nuevos itinerarios y mercancías y todo lo expuesto anteriormente.

Ámbitos comerciales: 

Como bien nos cuenta Sesma Muñoz, en su manual, junto con García Cortázar del libro Manual de Historia Medieval de alianza editorial. Nos viene a decir que la oscilación de la hegemonía no viene fundamentalmente por la crisis del XIV, en el mediterráneo, aunque se deja notar en las ciudades comerciales respecto a las vitalidades. El ascenso del impulso de los territorios del norte será el factor decisivo que ayudará al cambio o basculación sobre la hegemonía del comercio.
Para consolidar el comercio en las tierras del norte se buscará nuevas materias primas en espacios no explotados, mejoras del transporte, adecuación de los productos a comercializar según demanda, nuevos métodos de gestión y administración, fórmulas financieras y capitalización mercantil. A esto hay que decir que la ruptura del feudalismo y la aceptación de un nuevo capitalismo serán claves para la evolución posterior “economía-mundo” en la Europa de XVI.
Tanto en lo político como en lo demográfico el mundo del Mediterráneo se debilita, en lo político acontece el empuje mongol y el avance del imperio Otomano en las costas africanas. Se da un cambio sustancial en la naturaleza de las mercancías, las mercancías refinadas y valiosas tienen un público escaso, mientras que las mercancías que demanda la masa social son más abundantes.
Por consiguiente, los grandes puertos del mediterráneo se van a fijar en el comercio atlántico, tanto por el estrecho de Gibraltareño como el reforzamiento por vía terrestre que los unían a los dos espacios en crecimiento económicos que surgen en el continente.
Estos nuevos espacios económicos se van a desarrollar el primero de ellos en la fachada atlántica y el canal de la mancha y el segundo será en el Báltico. El primero de ellos lo va a dominar Inglaterra, imponiendo tres medidas:

• Limitación de exportación de lana, así se fomentará la fabricación de paños que será el producto estrella que será durante siglos la base de sus exportaciones.
• El establecimiento de un monopolio del comercio de, impulsando las ferias de Bristol, Winchester y Stanford. En el exterior otorgado por “las actas de navegación”, en 1381 a un grupo de mercaderes ingleses, apartando del mapa comercial a los flamencos, italianos y apoyándose en los hanseáticos.
• La creación de una potente flota naval

Los intercambios del norte con el sur van a generar un gran movimiento, puertos como Sevilla, Lisboa conectarán con Bergen en el norte donde los activos de mercancías serán más numerosos y variados que todos los que se dieron anteriormente.

“En la Baja Edad Media”, El ámbito comercial más pujante no lo encontraremos en el Báltico. En el siglo XIII, se gesta en la ciudad de Lübeck la asociación de la liga de la Hansa germánica, que pasaría a ser un imperio que reunía a 77 ciudades, que serán más de 200  en el 1450, al otro lado de las Sund, las costas bálticas y frisias hasta Nuremberg y Estrasburgo.

La organización de dicha asamblea iba más allá de lo mero mercantil, estaba dotada de una asamblea confederada, "Hansatage", con representantes ciudadanos, "oldermen", que resolvían problemas internos y la defensa de los intereses colectivos, aunque para ello tuvieran que resolverlas utilizando la fuerza. Los intercambios eran bastante simples los productos que ofrecían eran naturales y a cambio obtenían productos elaborados, que se puede ver en los registros de ventas en Prusia por la Orden Teutónica en 1400, Una perfecta síntesis del comercio mundial.

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